Entiendo que hablar de coaching puede generar cierta animadversión. Me suele pasar a menudo. Como en todas las formaciones "no tradicionales" hay muchos formatos y metodologías variadas, y la palabra "coaching" se utiliza bastante indistintamente para varios ámbitos.
Dicho esto, me permito explicar dónde me formé y con qué enfoque.
Estudié Coaching Ontológico en Buenos Aires (¡un lujo con el trabajo psicoanalítico que tienen de base!) del 2018 al 2020 en una muy buena escuela (GROW Consultora). La mirada ontológica (el estudio del ser en su completitud) proviene de la escuela de Chile en la que, personajes de diferentes disciplinas, recuperaron y desarrollaron la filosofía ontológica del lenguaje.
Los humanos como seres lingüísticos que somos, nos desarrollamos y creamos realidades a través del lenguaje y a la vez, el lenguaje nos habilita a la transformación. Tener una conversación de coaching es abrirse a un espacio de reflexión personal en el que, a través de preguntas, podemos transformar el observador que somos para ser nuestra mejor versión y accionar en consecuencia. A partir de aquí, el proceso se va definiendo según necesidades mientras nos adentramos en el lenguaje, el cuerpo y las emociones. Eso sí, no aconsejo, cada persona es responsable de trazar su propio camino.
A nivel personal, confieso que me gusta preguntar y escuchar, ya que para mí es una manera de aprender y de abrirme a nuevas miradas, o sea que el ser coach forma part de mi cotidianidad.